17 de febrero de 2008

Fiebre demoledora

Lamentablemente una semana es mucho tiempo para dejar de escribir.
Lamentablemente en una semana las noticias sobre demoliciones quedan obsoletas y se cometen más atropellos de los que uno puede imaginar.
Demoliciones escandalosas e ilegales que retuercen las entrañas de vecinos, se repudian desde el sentido común y se idolatran desde los bolsillos sedientos y enfermos de billetes verdes.
Tucumán no se vende, No a la demolición de la memoria de Tigre, Todo el barrio de Caballito de pie, El Colegio La Salle, Los bares de Buenos Aires que vivieron para contarla....

Cuando un tema se hace eco en distintos lugares del país
y desata un sentimiento común de indignación e impotencia,
es casi una certeza absoluta de que algo se está haciendo mal y no puede desconocerse.


¿Qué pasa que nos prostituimos por billetes de empresarios inescrupulosos?
¿Acaso los negocios no se pueden hacer respetándonos como sociedad?
¿Hay que ultrajarse por un rédito económico?
Hasta cuándo los ciudadanos vamos a tener que correr de demolición en demolición interponiéndonos con la palabra, la ley o el propio cuerpo para que el poder político actúe a tiempo.

Estas demoliciones podemos frenarlas por que se ven,
porque son tangibles y podemos decidir repudiarlas...
pero ¿cuántas otras demoliciones clandestinas ocurren día a día?
¿El futuro de cuántos niños se demuele, sin más, porque los fondos, para una mejor calidad de vida, se pierden en el camino?

El petróleo, el agua del sur, las tierras de todo el país se venden sistemáticamente por la fiebre del oro y la información trasciende cuando ya todo está demolido.

Es hora de que nos pensemos como país, más allá de una venta oportunista, de un buen negocio.
¿Cuál es el país que plantea ésta gente con ambición desmedida?
por que, aunque hoy ganen dinero, el país también se empobrece para ellos,
para sus hijos... para todos.

¿En qué país queremos estar?
En un país con identidad, con ciudades en las que su historia pueda leerse en las paredes.
Una ciudad que te cuente a cielo abierto cómo fue creciendo.
Un bar que guarde cientos de diálogos, con olor a café, en sus grietas.
Una esquina con encanto y árboles de pie, con enredaderas eternas que te enseñen que este suelo alguna vez fue selva.
Un recorrido Norte - Sur que te deje perplejo
donde no se vendan hectáreas con pueblos adentro
y no te cierren el paso hacia un lago, argentinos ni extranjeros.
Una empresa familiar que pueda proyectarse, pensar en crecer y pasar de generación en generación.
Retornar a la ilusión de progresar "si me esfuerzo"
y poder pensar que la opción de futuro mejor
no está en los semáforos sino en las escuelas.

¿Cuántas demoliciones más tenemos que soportar y dejar pasar porque simplemente así es el sistema?

Lamentablemente en ésta novela, todos los días hay capítulos tremendos y no basta con actualizar el blog una vez por semana.

En fin, lo que sigue a continuación son dos de los hechos más relevantes de estos últimos días:
(para ver el video, hacer clik en los símbolos "play")


De manera ilegal la Quinta Cobo comenzó a ser demolida, a pesar de que los vecinos habían presentado un recurso de amparo. La Jueza del Tribunal donde está radicado frenó la demolición, de lo que quedaba en pie...
Nota en Pagina12: http://www.pagina12.com.ar/diario/soc...
http://www.noalademoliciondelamemeoria.blogspot.com/




Imágenes de la 8ª marcha en defensa del Patrimonio cultural, histórico y arquitectónico de Tucumán. En contra de la posibilidad que el Estado venda sus bienes inmuebles de gran valor patrimonial, como el ex-Banco Nación, actual Dirección de Rentas
www.tucumannosevende.com.ar
firmas.tucumannosevende.com.ar

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