
Esa nueva corriente dio origen a grandes obras y sirvió también para revalorizar la preservación, para las generaciones posteriores, de todo aquello que testimonie la historia de todos los días en un barrio, en un pueblo o en una gran ciudad. Es lo que ahora se conoce como "patrimonio cultural tangible e intangible" y que, afortunadamente, comienza a tener numerosos cultores en nuestro país.
Nota completa en LA NACION :
No hay comentarios:
Publicar un comentario