“Hay rascacielos de diseño bellísmo, pero cada día me parecen más absurdos. Su lenguaje arquitectónico tiene algo de provocación adolescente, el obvio empeño fálico de medirse con los demás y ver quien llega más lejos. La dura realidad lleva años demostrando que estos enormes rascacielos no son ni seguros ni útiles. Los incendios los aman, los bomberos los odian, son perfectos objetivos para las bombas en época de guerra y los terroristas, en fin, parecen tener debilidad por ellos, precisamente porque son edificios débiles. Y, sin embargo, contra toda sensatez y toda cautela, seguimos haciendo torres y más torres.”
Párrafo de un artículo titulado “Arquitectura y delirio”, de la escritora y periodista española Rosa Montero, publicado en La Nación Revista, Nº 1994, Buenos Aires, 23 de septiembre de 2007.
19 de marzo de 2008
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